El show nunca termina

 Por Valentina Herrera Rojas


En Colombia, a diario se etiqueta a las personas por su orientación sexual. Día a día la vulneración de sus derechos, de su integridad física y mental se hace más fuerte. Esta es la historia de un hombre costeño de sepa que ha llegado a Ibagué para ser una figura artística y un ciudadano activo en la lucha y defensa de su comunidad LGTBI.


Se Llama Robier Yarit Marriaga Buelvas, tiene 24 Años. Nació en la costa colombiana, en Valledupar, exactamente, una región en donde ser hombre significa ser un “macho” y quien no cumpla con esos estándares es cuestionado y, en muchas ocasiones, violentado. Robier es hijo de Lorena Buelvas, estilista y Edison Velásquez, un vigilante. Robier es artista, hermano mayor de una pequeña familia. Robier es un luchador que salió de su hogar buscando nuevos caminos, buscando ser un artista con plena libertad.

robislideA los veinte años este joven alegre y fiestero salió de su casa para buscar su sueño: ser cantante profesional. Llegó a Ibagué hace cuatro años, incitado por su pasión hacía la música, eso fue lo que hizo que decidiera llegar a una ciudad desconocida para empezar un nuevo camino. Comenzó a estudiar música en el Conservatorio de Ibagué, pero a través de su convicción por las luchas sociales también se empezó a involucrar en proyectos que defienden su orientación sexual. Robier es homosexual y desde que vivía en su ciudad natal, ha luchado por la comunidad Lgtbi con su canto, su posición de género, su condición de clase social, entre otros aspectos que son el motor y discurso que entrega a través de su carrera artística.

Cuando los padres de Robier se enteraron de su condición sexual, su vida cambió. Robier es el primogénito de los nietos y su abuela, su familia costeña y tradicional, se cuestionaron por el modelo de buena persona cristiana que tenían en su cabeza, en la que no entra, incluso hoy, la idea de tener entre sus allegados a una persona no heterosexual. A los dieciocho años Robier padecía el acoso y discriminación por parte de personas de su círculo social y de la ciudad. Por esta razón decidió abrirse al mundo y aceptarse, dejar atrás la lucha interna y entender que era igual que cualquier persona, dejando de mentirse y a su familia, “Fue una cuestión fuerte porque en la región Caribe ser gay no es tan abiertamente aceptable” dice Robier.

Si bien durante su adolescencia tuvo problemas con la familia y personas allegadas, Robier es un referente para ellos, su sagacidad e inteligencia, como él mismo lo dice, hace que sea considerado como “la marica de la familia, pero a la hora de tomar ciertas decisiones me consultan, bien o mal ellos se sienten orgullosos de lo que soy en este momento. Porque he construido algo a nivel musical, creen en mi talento y en lo que estoy haciendo”, comenta.

Antes de llegar a Ibagué Robier vivió en Melgar, lugar en el que tuvo que comenzar a ganarse la vida, trabajar para comprar un plato de comida, dormir en la calle sin tener nadie que lo amparara, porque la familia que en ese lugar se suponía le iba a dar acogida, le cerró la puerta a su llegada. Tuvo buenas y malas experiencias, conoció gente interesante y comenzó a impulsar su arte. Todas estas situaciones como afirma, “hoy me construyen como persona, como hijo y como profesional”.

Este hombre de tez morena, ojos marrones, cabello crespo, acuerpado como un gladiador, personalidad imponente y de gran espíritu, afirma que la mejor decisión que pudo haber tomado fue salir de su región natal. En ese entonces no tenía rumbo, ni metas, el miedo a pensar lo que dijeran los demás hacia su talento, hizo que no continuara, pero como lo afirma, el día que llegó a Ibagué, la comodidad y la aceptación lo recibieron, encontró que podía ser artista y, lo más importante, aportar a la ciudadanía al ser gestor y creador no solo de música, si no de oportunidades y de vida. Luz Amaya amiga de Robier dice que él “Siempre se ha caracterizado por ser independiente, con un carácter fuerte, si no le gusta esto a alguien, pues que abra paso que él seguirá haciendo lo que le gusta”.

Perfil radial realizado por: Camila Torres y Lorena González.

Su don es la voz, su instrumento favorito el piano y su público cualquiera que disfrute de un buen talento y un clásico de la canción. Robier cree en la participación activa y la lucha social, hoy es uno de los gestores de un proyecto que tiene sus bases en brindar garantías en las políticas públicas para la comunidad lgtbi. Realizó un proyecto de políticas públicas el año pasado, este año ese pacto se firmó con el actual alcalde de Ibagué Guillermo Alfonso Jaramillo, propuesta que se basa en acuerdos de carácter contractual ente la población lgtbi y la institucionalidad.

Los acuerdos se hacen con el fin con redimir un enfoque diferencial de género, brindar garantías y también trabajar la parte de derechos y deberes reproductivos de la población lgtbi de la ciudad. “Básicamente es brindar una casa para poder atender la población LGTBI de manera íntegra, trato incluyente, políticas que estén en todo el municipio, un proyecto que gira en torno a la reivindicación y el empoderamiento de la población LGTBI” afirma Robier, para quien esto es un paso que se da en el reconocimiento de un población que ha sido históricamente diversa y marginada.


“A parte del amor a la música, también amo las cuestiones políticas porque considero que nosotros tenemos un compromiso con nuestra sociedad, con nuestro entorno, el medio ambiente y la ciudadanía. Muchas cosas que es necesario que asumamos como seres íntegros.” Afirma Robier.


Robier Yarit piensa que tiene futuro como artista, así cada paso que da es una ruta más para cumplir sus sueños y metas, para alcanzar la felicidad. Lo más importante para este joven apasionado, luchador y espiritual es ser coherente con lo que piensa, dice y hace, “porque así se puede llegar a ser feliz en una sociedad que busca etiquetar y estigmatizar a quienes son diferentes”, comenta. Su futuro está lleno de proyectos, aventuras y planes que no piensa dejar atrás. Según Robier conocer el mundo es su sueño más grande, ser reconocido como un gran artista su meta en la vida, ser un buen hijo el papel que siempre cumplirá y llegar a ser un ciudadano activo y gestor de oportunidades, su misión en la actualidad.

 


Por Valentina Herrera Rojas. Estudiante de Comunicación Social y Periodismo de la Universidad de Ibagué.

 

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