¿Que pase lo que tenga que pasar??
Escrito por: Diego Sandoval
No soy fanático de los libros de superación. De por sí, los evito, ya que creo que cada persona tiene la capacidad como ser pensante de poder solucionar sus propios problemas, o al menos aclarar las ideas un poco en su mente; y por tanto, temas como rutinas, hábitos o consejos me parecen temas baldíos en los libros ya que son cosas que eventualmente cualquier persona puede determinar por sí misma. No obstante, uno de los libros que para mí percepción, estaba en la categoría de religión y superación, decidí por fin leerlo de mi gabinete con el único fin de destruir una serie de libros que ya tenía sentenciados, y que ni siquiera los regalaría aunque rogando me lo pidieran (aunque si me diesen la plata, tal vez lo haría).
El libro se llama “CORRE EL RIESGO” de Ben Carson, un neurocirujano que fue tendencia en los años 2000 por la cirugía de unas siamesas con éxito. Al igual que pasó con este par (literalmente), ha tenido otros casos de la misma índole y con el mismo éxito. Pero, algo que me sorprendió, que para mí resume el libro en su totalidad, es un cuadro que se encuentra en la página 111 de su libro, que no ocupa ni la mitad de la página y resume todo lo que el autor quería comunicar en el libro. Este cuadro, está en el contexto de la cirugía, pero claramente si se quita el contexto, se tiene 4 preguntas retóricas que considero que son excelentes para evaluar una situación en la que se tenga que asumir algún riesgo o que sean inciertas y dificulten la toma de decisiones. Está compuesta de dos partes, lo mejor, y lo peor de la situación.
La primera parte, con lo mejor, sería: ¿Qué es lo mejor que puede pasar si hago esto?, y segundo: ¿Qué es lo mejor que puede pasar si no hago esto? Lo mismo ocurre para la segunda parte, lo peor: ¿Qué es lo peor que puede pasar si hago esto?, y, ¿Qué es lo peor que puede pasar si no hago esto?. Al principio esto puede parecer un juego de niños, pero si se observa la practicidad, es el método científico perfecto para la toma de decisiones que implican cierto riesgo en su ejecución en vez de ir con la intuición.
Como muestra de ello, el mismo autor cuenta que cuando estaba terminando de escribir el libro, recibió un correo electrónico de un Biólogo que estudia las focas monje de Hawái, en peligro de extinción. y cuenta que él y su equipo de trabajo estaban escuchando en la Radio Pública Nacional una entrevista que estaba teniendo en su momento el doctor Carson, y en menos de un minuto él describió la plantilla básica para analizar los riesgos que mencioné hace un momento; lo mejor y peor de algo. El Biólogo y su equipo al escucharlo, decidió usar dicho método de cuestionamiento para el problema que estaban manejando que era la disminución de la población de la foca monje dado los tiburones galápago que habitan esa región (los 6 atolones donde se reproducía la especie de focas) donde la única forma de preservar la especie sería bajar drásticamente la población de tiburones galápago; matar alrededor de unos 20 especímenes.
El Biólogo y el grupo formularon entonces las 4 preguntas en el que la situación era la intervención de matar los tiburones, y concluyeron el siguiente marco de acción: lo mejor que podría pasar al intervenir, era que fuera exitosa la eliminación de los depredadores activos, y le diera mayor probabilidad de supervivencia a los cachorros de Foca aún no destetados. Lo peor que pasaría al hacer la intervención, era que redujera tanto la población de tiburones galápago de los atolones interiores, que perturbara el ecosistema por ser un depredador líder en cadena trófica, y, al eliminar los 20 tiburones, los nuevos depredadores al ver que hay una presa vulnerable, la constante de depredación de la especie de focas se mantenga. Lo mejor que podría pasar si no interviniesen, era que la población de los tiburones se redujese naturalmente, y, lo peor que podría pasar si no interviniesen, era que la conducta depredadora aumentase al punto de afectar los islotes de cría y otras áreas de Hawái.
Obviamente, esto no es una fórmula mágica como quizás algunos pensarán, simplemente son cuatro preguntas de autorreflexión para pensar dos veces las cosas. Es más, aun cuando los biólogos se plantearon estas preguntas, el ‘fun fact’ de esto, es que la población de focas monje siguió disminuyendo. Entonces, antes de embarrarla con la decisión que está a punto de tomar, respire, cruce la pierna, mire hacia el infinito un momento, y analice mejor la situación con lo mejor y lo peor de hacer o no hacer lo que está pensando; que quizás hoy no sean focas, pero mañana, la foca es otro por andar foqueando.
*El contenido aquí plasmado corresponde a la opinión personal del columnista y no involucra la línea editorial de este medio de comunicación.
Referencias y bibliografía
[1]. Harting, A. L. (Ed.) 2010. Shark predation on Hawaiian monk seals workshop, Honolulu, Hawaii, January 8-9, 2008. Pacific Islands Fish. Sci. Cent., Natl. Mar. Fish. Serv., NOAA, Honolulu, HI 96822-2396. Pacific Islands Fish. Sci. Cent. Admin. Rep. H-10-02C, 36 p. + Appendices. https://doi.org/10.25923/tats-nw81
[2]. Carson, Benjamin (2008). CORRE EL RIESGO. (p.110-128).