Diálogos para la pervivencia ancestral
Por: Camilo Eduardo J Chacón Rivas
Con el correr de los años, los territorios indígenas han efectuado cambios dentro de su sistema natural, económico, social y cultural, respecto a cómo estaba constituído en el pasado, previo a las nuevas dinámicas de la globalización en todos sus estamentos. En ese sentido, las comunidades indígenas del territorio en el departamento del Tolima han tenido que adherirse a esa transformación.
El municipio de Ortega, Tolima; se ha caracterizado por la amplia agricultura y su producción, la cual ha ayudado a llenar no sólo las canastas familiares, sino los corazones de todos los colombianos.
El municipio es un importante productor de yuca a nivel regional; es también económicamente fuerte en la ganadería y otros cultivos como cacao, algodón, sorgo, frutales, arroz, caña de azúcar, maíz, plátano y café. Adicional a ello, es uno de los territorios del Tolima en el que aún pervive la cultura indígena Pijao.
El pasado 29 de febrero se tuvo la oportunidad de establecer contacto y comunicación con algunos integrantes de la comunidad indígena de Ortega: Dioselina Ducuara Leyton, gobernadora del resguardo indígena; y Melquisedec Ducuara Leyton, consejero mayor del resguardo. Los delegados de la comunidad indígena abrieron un espacio y permitieron la participación y la retroalimentación en relación a situaciones especiales que suceden dentro de su territorio.
A nivel nacional, representando a la Universidad de Ibagué, estuvo a cargo Camilo Eduardo Chacón Rivas, estudiante y practicante del laboratorio de periodismo El Anzuelo Medios; Luz Dary Espitia, docente en la Universidad de Ibagué y co-directora del Instituto de Pueblos, Territorios y Pedagogías para la Paz en Bogotá; y Albenis Ferreira Tique, lideresa indígena pijao, quien integra diferentes movimientos indígenas del país como las Autoridades Indígenas de Suroccidente (AISO), recientemente hizo parte del proceso de definición del Capítulo Étnico del Acuerdo de Paz y de otras instancias lideradas por mujeres indígenas, además integrante del ARIT (Asociación de Resguardos Indígenas del Tolima), quien hizo posible el encuentro con la comunidad del Resguardo Indígena “La Sortija”.
Albeniz comenta inicialmente que: “El propósito de nuestra visita está en profundizar en las relaciones que se están formando entre la UA, el IPTP y UniIbagué, y así poder discutir sobre posibles encuentros y/o intercambios entre estudiantes, y hablar sobre proyectos en la región local de Ibagué en relación con la educación descolonizadora, la soberanía alimentaria, los movimientos indígenas, afrodiaspóricos y rurales, y cualquier otra área de interés que pueda estar presente en base a las tres líneas temáticas de acción del IPTP y el acuerdo tripartito”.
Desde el ámbito internacional participó la Universidad de Algoma de Canadá, con la presencia de Manon Lacelle (mujer indígena abenaki-metis de Ontario, Isla Tortuga).
"Abenaki" es su nación, originaria de la zona norte de Quebec, y "Métis" es también una nación compuesta por descendientes de indígenas y colonos franceses, de donde ella procede. Manon va a la Universidad de Algoma, donde está cursando su último año de estudios en el programa de Desarrollo Comunitario, Económico y Social, junto con su colega Kendall Mitchell, parte de la comunidad indígena “Anishinaabe” de la Primera Nación “Batchewana”, quien trabaja como coordinadora de proyectos en el Instituto de Pueblos, Territorios y Pedagogías para la Paz y el Instituto NORDIK; además de ser profesora de tiempo parcial en la Universidad de Algoma.
En el encuentro se escucharon mayormente las voces de los miembros de las comunidades indígenas del Tolima, frente a diversas situaciones que están viviendo en su día a día en relación con el uso de sus fuentes hídricas, la conservación del medioambiente, la protección del territorio y de la educación descolonizadora.
Además, debatieron sobre la necesidad de proponer el cese de actividades mineras con un bloque de cemento en el río Cucuana, creando una pausa notoria en la red de flujo de aguas que brindan oxígeno a todos los cultivos de la zona occidental del municipio de Ortega, convirtiéndose esto en una problemática para la población y la agricultura en el territorio.
Para los asistentes a los diálogos interculturales se reconoció cuán afectadas están las rutas hídricas y la manipulación por parte de las multinacionales, quienes pretenden quedarse con la mayor parte del recurso hídrico.
También se profundizó en las acciones que han tomado las comunidades indígenas para hacer frente a estas problemáticas, a través de intervenciones que sus autoridades y habitantes del territorio étnico. Estos últimos contaron cómo han tenido que pelear y manifestar su descontento frente a dichas situaciones, realizando marchas y conversatorios de protesta ante las entidades privadas.
Asimismo, las participantes de la comunidad Abenaki y Anishinaabe refirieron una serie de situaciones y experiencias similares que han vivido sus pueblos indígenas en el territorio de Canadá, en relación con el uso de sus fuentes hídricas.
Las mujeres indígenas de esta comunidad manifestaron en contra de las multinacionales mediante un marcha con botes de agua en sus manos “Indigenous-led Water Walk”, haciendo un recorrido y concientizando a las poblaciones canadienses de la importancia del agua para su nación, caminando por las calles, pregonando cánticos y promoviendo el buen uso de su recurso hídrico.
En este espacio se propuso una mesa de diálogo en el resguardo indígena “La Sortija”, donde cada uno de los acompañantes expresó su percepción. Hubo una recopilación de anécdotas, experiencias, y situaciones que han sobrepasado a raíz de las realidades que ha vivido el pueblo Pijao.
La madre medicinal y guardianes invitaron a los asistentes a ser parte de la ceremonía de agradecimiento con tabaco, donde se profundizó en la importancia de la naturaleza para mantener viva sus costumbres, es decir, manifestar la pervivencia a través de sus costumbres y creencias ancestrales.
Fue un momento de mucho aprendizaje para cada uno de los participantes de la mesa redonda; la oportunidad de converger diversas vivencias, la participación de diferentes edades y la posibilidad de hablar desde la experiencia, enriquece la motivación de los pueblos en Latinoamérica y en Canadá, para seguir luchando por un mundo donde prime la naturaleza y la conservación de la misma.
Somos pueblos hermanos y merecemos un territorio libre de contaminación para ser fuertes en la unión en torno a la preservación de las culturas indígenas ancestrales y su relación con sus territorios.
Finalmente, agradecemos a la madre tierra por brindarnos la experiencia de dialogar con los pueblos originarios del Tolima, por darnos la posibilidad de entender las situaciones que viven las comunidades ancestrales, por compartir estos espacios que llenan el alma, por manifestar sus percepciones de quiénes somos y de la importancia del agua como aspecto vital de nuestra vida.
Agradecimiento a las universidades y organizaciones por crear vínculos de reconocimiento y formación y a cada uno de los integrantes del resguardo indígena “La Sortija”, por dejarnos ser parte de esta vivencia. Ahora solo nos resta seguir luchando y mantenernos unidos en torno a la protección del territorio.
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